Huyó abandonándose al olvido. Huyó en dirección a la nada. Con señales convertidas en caminos sin camino. Ilusiones dormidas en el valle de los recuerdos. Huyó. Sin saber que en la huida no podía abandonarse al olvido. Sin saber que su sombra continuaba cosida a sus zapatos. 16/IV/14 Fotografía: Jesús Ortega. Web: Fotolog de Jesús Ortega
Podemos huir de todo menos de uno mismo.
ResponderEliminarCierto, de nosotros por mucho que queramos es imposible...
EliminarBesos.
Justo anoche acabé de escribir una historia que la título igual, La Huida, la publicaré más adelante. Un saludo.
ResponderEliminarCon muchas ganas de leerlo.
EliminarSaludos.
Has conseguido crear en mí un sentimiento de tristeza genuina con este poema sobre la imposible huida.
ResponderEliminarGracias por tus bonitas palabras, amigo.
EliminarUn abrazo muy fuerte.