viernes, 28 de abril de 2017

Aquella mujer



Aquella mujer no era nadie especial. Simple ama de casa desde hacía años, trabajadora incansable en otros tiempos, hija subyugada a un padre viudo y enfermo, madre abnegada a unos hijos de los cuales se sentía tremendamente orgullosa y, ante todo, esposa y amante fiel. En definitiva, nadie especial.

A menudo pensaba qué sentirían los demás por ella, si el amor de sus hijos sería tan grande como el suyo, si su padre la necesitaba tanto como parecía o solo era hábito por comodidad, si su marido en verdad aún la amaba o tan solo permanecía con ella por conformismo en la costumbre. Asimismo, con frecuencia se preguntaba si alguien la echaría de menos si llegase a faltar, pero no por necesidad, sino por amor, porque ella, en definitiva, no se sentía nadie especial.

Aquella mujer creía que no aportaba nada a esta vida, ni al mundo, ni a la historia, no era capaz de ver con cuánto había colaborado ya a la sociedad.

Aquella mujer no imaginaba lo que la querían y necesitaban sentimentalmente y con resignación prosiguió a diario con los quehaceres de su vida, envejeciendo de forma prematura hasta desaparecer. Aquella especial mujer abandonó nuestro mundo antes de lo debido y se marchó de él sin saber lo que los demás veían en ella: la gran persona que habitaba su alma, su colosal papel como madre e hija, su grandeza como aliada, amante y compañera y la enorme amiga que llevaba en su interior y que se daba de continuo a los demás. Aquella mujer no vio el amor de cuantos la rodeaban y ella quería, y no porque no quisiera hacerlo, sino porque no se lo mostraron. Nadie supo demostrarle, como debía, lo que significaba para cada uno de ellos, lo que importaba y aportaba en sus vidas. Sentir que valía tan poco cuando los demás lo eran todo para ella le carcomió el alma, la mató por dentro.


Moraleja: Muestra siempre cuánto amas a los que te aman a ti. Muéstralo a diario, con palabras y hechos. Alimenta el amor de los demás, ellos también necesitan nutrirse de él para vivir.


Dedicado a todas las madres, hijas, esposas y amigas. Gracias a todas.


Relato: Eva Zamora

Fotografía: internet 


Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1 
Facebook: Rita

10 comentarios:

  1. Un relato que bien puede ser reflejo de la realidad de tantas y tantas mujeres.

    Un placer que hayas compartido este relato de Eva tan realista y con moraleja.

    Besos enormes.

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    1. Gracias María, para mi es un placer compartir las letras de Eva Zamora, me alegra mucho que te hayan gustado.

      Besos infinitos.

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  2. Muchas gracias, María Perlada, me alegra saber que te ha gustado mi relato. Gracias a Rita por querer que mis letras aparezcan de cuando en cuando por su blog, es un honor muy grande para mí. Besos.

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    1. Amiga, sabes que es un honor y un placer que tus letras estén en mi casa. Soy una suertuda de tenerte conmigo.

      Un abrazo muy gordo.

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  3. Gracias a ti Eva por mostrar el sentimiento que todas damos y para nosotras lo damos por hecho.
    Gracias Rita querida, por mostrar.

    Mil besitos para cada una.

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    1. Eva es mi alma gemela literaria y una gran amiga. He tenido el honor de compartir mesa con ella en varias ocasiones para presentar nuestros libros. Es una gran mujer y una gran creadora ha escrito 7 novelas y actualmente tiene 3 publicadas.

      La admiro infinito, creo que se me ve el plumero.

      Gracias por estar ahí.

      Un fuerte abrazo, amiga.

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  4. Una maravillosa lección de vida… Porque así es la vida, la que en verdad todos anhelamos, amar, ser amados, y sentir esa caricia perenne en nuestro día a día…

    Precioso, gracias por compartir…

    Bsoss para ambas, y muy feliz finde 😘

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    1. Para mi es un placer poder compartir las letras de mi gran amiga Eva Zamora, me alegro que te haya gustado Ginebra.

      Un fuerte abrazo, amiga.

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  5. Gran narrativa de hermosa descripción y con una moraleja increíble, sin duda es una gran reflexión de vida, me ha encantado la lectura Rita, saludos con afecto.

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    1. Gracias Jorge por tu comentario, me alegra mucho que te haya gustado el relato,

      Un abrazo.

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