me concedo el capricho
-porque no deja de ser un capricho-
de una pulsera de plata de ley,
plata maciza,
de la marca española de regalos
y bisutería uno de 50:
una pulsera de plata de ley,
plata maciza repito,
de eslabones gruesos y pesados
y cierre rectangular
como la hebilla del cinto
de mi padre:
una pulsera de plata de ley
que llevo puesta de la tienda
en la muñeca
que sostiene el bolígrafo
con el que habitualmente escribo
una pulsera de plata de ley que,
como pronto voy a descubrir,
además de satisfacer mi vanidad
desempeña otro papel:
el sonido de sus eslabones
al chocar entre sí
o contra la superficie de mi mesa
cuando empiezo a emborronar
una cuartilla tras otra,
ese sonido, unido a su peso,
hace que la poesía que escribo
no despegue sus versos del suelo
y tenga presente, siempre presente,
bien presentes,
las cadenas
que todavía arrastra
Poema: David González de su poemario "En tierras de Goliat"
Ediciones Baile del Sol (2008)
Fotografías: Página web de uno de 50 y álbum personal
Agosto estará dedicado a los poetas que admiro y leo.
En septiembre volverá la normalidad al blog.
Gracias por estar al otro lado.