La oscuridad al mirar hacia otro lado
permite deletrear palabras con el alma,
causar estragos en los cráteres de la luna
a través de nuestra mirada inconfesable.
El signo se hace presente
sobre losas faltas en carnes y sobradas en sombras,
que, en noches como esta
agradecen la compañía de un resuello
de paz y comprensión.
Cerrar la trampilla
con la cara vuelta al cielo
deja ese momento de despedida
entre el lucero y el amor borroso
que todavía susurra dentro.
Poema: Ana María Torres de su poemario "Registrando silencios". Editorial: Diversidad Literaria (2021)