No consideraba
el no como una palabra al filo.
No estaba hecha
a la lluvia de su regazo,
ni a soñar sobre las noches sin luna.
Ni a su voz,
la que envuelve
cuando hace frío,
cuando ya no queda nada
y hay que volver a empezar,
la voz que es regazo y manta.
Tiniebla y amanecer.
Despertar al sueño o
al filo del sueño,
imposible de cualquier mañana.
De cualquier lugar.
4.11.19
Fotografía: álbum personal
La apertura de este poema con esos dos estupendos versos,es una maravilla.
ResponderEliminarRealmente un trabajo redondo.
Me ha encantado Rita. De verdad tienes el don.
Un beso enorme.
Mil gracias mi querida Luna por tus bonitas palabras hacía mis letras, te admiro mucho y es un regalo que me veas así.
EliminarUn abrazo enorme y buen fin de semana.
Nunca se está hecha para ese regazo, ni para la oscuridad de la noche plena... dejas un poema donde me recreo en tu deje melancólico. Maravilloso leerte, mi querida Rita.
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño que te llegue y abrace ♥
Mil gracias mi querida amiga por tus bellas palabras, por ser y estar.
EliminarEl invierno en el norte me llena de melancolía y me nacen estas letras.
Besos enormes y buen fin de semana.
Quizás sí estaba hecha al despertar de la conciencia plena...
ResponderEliminarBesos, Rita
Seguramente sí que estaba hecha. Qué bonito, mi querida Myriam tu mirada.
EliminarBesos enormes.
Fue bonito encontrar este blog.
ResponderEliminarSiéntete en tu casa y muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarBienvenida al blog, Ana.
ResponderEliminar