donde nadie dice lo que piensa,
ni piensa lo que dice,
donde la palabra ofende
y se olvida el silencio,
donde la vida perdió valor
y ya nada sorprende.
Las retinas se acostumbraron
a sufrir y no ver a través del otro.
Mis ojos a veces respiran niñez
e intentan ser transparentes
y vuelven a soñar,
que nada se ha perdido
que todo merece la pena.
Punto y seguido. 2016
Fotografía: internet y álbum personal
Es que la infancia no está contaminada por la ignorancia del mundo.
ResponderEliminarBesos.
La infancia y sus bellos ojos de la inocencia. Gracias por tu bonito comentario, Patricia.
EliminarUn abrazo enorme.
Me gusta la reflexión de tus palabras, Rita. Toda una realidad.
ResponderEliminarSaludos.
Mil gracias por venir y por tu bonitas palabras,Jordi.
EliminarSaludos.
Y a eso se le llama, esperanza... seguir latiendo y ver la vida con ojos nuevos, no dejan que nos entierre la realidad que nos acontece. Sentir, vivir, soñar... respierar junto a ...
ResponderEliminarPrecioso, mi querida Rita. Siempre es un placer respirar en tu espacio.
Mil besitos que te abracen con todo mi cariño y muy feliz día ♥
Este poema lo escribí después de los atentados de Charlie Hebdo, a veces como bien dices en tu comentario no hay que dejar que la realidad nos arrastre aunque sea difícil de asimilarla, después de lo que hemos vivido en el confinamiento con esta pandemia me ha apetecido mucho rescatarlo, la esperanza no la deberíamos de perder nunca.
EliminarGracias por tu presencia y tu cariño.
Abrazos infinitos mi querida amiga
A veces parece que ya no hay por dónde coger al mundo, pero siempre hay un rayito de luz al que asirse, que nos impulsa y nos demuestra… que siempre vale la pena…
ResponderEliminarMuy bonito y esperanzador, preciosa amiga. Un placer…
Abrazos y cariños, y muy feliz noche 💙
Muy cierto mi querida Ginebra, el mundo ha llegado a un punto que no hay por dónde cogerlo, pero aun así siempre merece la pena.
EliminarUn abrazo enorme lleno de cariño.
Absolutamente lúcido!
ResponderEliminarQué poema maravilloso.. realmente tan esperanzador.
Un beso enorme!
Mil gracias por tus palabras mi querida Luna.
EliminarUn abrazo enorme lleno de cariño.
Cómo me han recordado al gran Quevedo ("¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? / ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?") los tres primeros versos. Tus poemas traslucen tradición y partiendo de ella construyes tu edificio poético. ¡Magnífico, Rita!
ResponderEliminarBesos y buen finde
Un gran honor si mis humildes versos te han recordado a uno de los grandes entre los grandes. Mil gracias por venir Juan Carlos y por tus bellas palabras.
EliminarUn abrazo enorme.
Una reflexión hermosa y certera, la infancia la inocencia se lleva dentro por y para siempre eso da esperanza.
ResponderEliminarAbrazos Rita gran poema
Qué bonito lo has expresado Jorge, la inocencia de la infancia se nos ha quedado dentro y no hay que perderla jamás.
EliminarMil gracias por venir y por tu bonito cometario.
Abrazos enormes.
Nunca debemos perder a nuestro niño interior que nos lleva a ese estadio de inocencia y sencillez para poder así limpiar nuestra mirada adulta.
ResponderEliminarBesos, querida Rita
Nunca mi querida Myriam, a ese niño no hay que perderlo jamás es la única manera de poder entender todas las cosas que ocurren en el mundo.
EliminarUn abrazo enorme, Myriam.
Malo es no decir lo que se piensa pero no pensar lo que se dice, ya es muy grave. Nos volvemos tenedor para sopa y no apreciamos la sencillez y belleza de lo que nos rodea. Hemos perdido esa esencia ingenua de la niñez o esa naturalidad del ser humano.
ResponderEliminarTus palabras son un golpe sobre la mesa.
Un beso.
Completamente de acuerdo con lo que has comentado, Mag. A veces no somos capaces de ver todas las cosas bonitas que nos ofrece la vida,hemos perdido parte de la esencia de la infancia.
EliminarMil gracias por venir y por tus bellas palabras.
Un abrazo enorme.
Muy cierto Sandy, por eso no debemos de perder nunca a ese niño que sigue viviendo en nuestro interior.
ResponderEliminarMil gracias por venir y por tu comentario.
Abrazos.