Mamá
te llamo para pedirte algo o nada.
Te llamo mamá, Madre,
aún pudiendo reclamar la atención de tu nombre
o quererte madre
o desconocida de quien bebí la vida.
Mamá
tienes un ángel en el nombre
y un demonio en la sombra
de la última vocal.
Mamá
pocas veces me has besado
porque mi frente lleva escrito
tu abandono.
Mamá
has cosido tu boca con la incertidumbre
de un mañana que no existe
y me has hecho tragar la aguja.
Ni el agua pasa, ni la saliva pasa, ni grita mi garganta
para llamarte.
¡MAMÁ!
En tu silencio habita la voz de la culpa escondida
en las trenzas cortadas de tu infancia.
Quién fuera niña hoy para amputar las manos
a quien arrancó tu uniforme bordado y lo ensució
con la misma sangre que os une.
Mamá
no culpes al eco dormido entre algodones
de la niña que ya nació herida en tus entrañas.
¿Por qué engendraste en mí el odio
de quien no aguanta el peso
de unos ojos
incapaces de sentir una tristeza
que no le pertenece?
Mamá
te llamo para quererte
aunque sea tarde.
Poema: Sara Olivas de su poemario "Las manos". Valparaíso (2021)
Fotografías: internet y álbum personal.