Nació la duda bajo mis sueños. Dudé si te quería, si debías formar parte de mi vida... Pensaba que lo nuestro era eterno. Abrí mis manos, alzaste el vuelo. Mi alma se rasgó al comprender que eres frágil, un sueño.
A veces creo que estoy en otro mundo, donde el oxígeno no respira mentira y el sol tapa la codicia. Imagino que nadie cruza fronteras descalzos de esperanza e imagino un mundo real donde todos al fin somos iguales.
Imagino mi mundo, donde el amor no es una etiqueta y querer no lleva la palabra muerte.
Donde no existen razas, sexo o religión.
Donde la mente es más ancha que el océano, donde el otro camina en mis zapatos y nadie llega en patera.