Observamos este gran día,
un día coloquial o más bien peculiar,
por este regalo de Literatura
por grandes personas, Rita y Eva.
Qué regalo de la vida,
rodearse de como nos describes,
especial y tan singular,
como tú nos escribes.
Aquí no entra mucha luz
pero aquí el aula brilla,
aquí y ahora.
Irradia un gran sol.
Gracias por esta visita
tan inesperada,
pero muy agradecida.
Poema: Julio Mínguez
Alumno de CEPA Rivas-Vaciamadrid
Madrid, 3 de mayo de 2018
Fotografía: álbum personal
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1
Facebook: Rita
Poemario: Punto y seguido
Poemario: Se avecinan noches de tormenta
"A mitad de camino entre el infierno y el cielo. Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid"
Una de las miles de mis canciones favoritas de Sabina es "Yo me bajo en Atocha", me encanta el final de la frase o del verso cuando dice: "Yo me quedo en Madrid", eso me ocurre cada vez que vuelvo. Cada vez que regreso a sus calles llenas de luz y magia.
El 3 de mayo se ha convertido en una fecha mágica. Volví a CEPA Rivas-Vaciamadrid junto a mi alma gemela y novelista Eva Zamora.
Gracias al equipo directivo, profesores y alumnos por el cariño con el que nos reciben año tras año. Fue una jornada donde hablamos de "Literatura y amistad", recorrimos la bella amistad que une y unía a muchos escritores y poetas, la misma que nos une a Luis Cuesta, jefe de estudios y profesor del centro, a Eva y a mí.
Mis Náufragos me acompañaron en todo momento y estuvieron muy bien arropados por Úrsula Grechi y Yago Junquera, protagonistas de las dos últimas novelas publicadas por Eva Zamora.
Literatura, respeto, cariño y amistad.
Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.
Soy una chica con suerte.
Fotografías: Maite Uriarte, álbum personal
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1
Facebook: Rita
Poemario: Punto y seguido
Poemario: Se avecinan noches de tormenta
Siento no poder retroceder en el tiempo y volver a los 14 o a los 18, a los 44 o a los 58, cuando ella tenía el pelo tan negro que se confundía con el carbón.
Como el carbón de ninguna otra, nadie podrá prender como prendía ella, con la misma prisa de llegar a ninguna parte, pero llegábamos hasta el fin del mundo.
Y corríamos entre esa nieve que solo pisábamos a un lado, el mismo que pisé cuando tenía 5 años.
Y, aquel día, cerré mis ojos intentando esconder a la bestia que retenía mi infancia y mis recuerdos.
Pero al mirar al mar, o a cualquier charco de un sueño, se deshizo la magia.
Salió la bestia con sabor a muerte.
Punto y Seguido (2016)
Fotografía: álbum personal
Las personas que habitan en nuestro corazón nunca mueren.
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1
Facebook: Rita