Eres clamor de ilusiones dormidas.
Tu ser,
lleno de fortaleza, embebe las hojas del viento.
Paraguas de la maravilla de mis besos.
Pasos sobre la tierra, amor de paseos infinitos.
Eres luz y eres agua.
Más que tú, tu esencia,
el bosque de tus manos que me envuelve y me enreda.
La vida se te queja,
como piedra en tu ascenso.
No remansa, no llegan las lágrimas
a sentir la calma o el hastío.
Pero tú, montaña de paz infinita,
resistes al tiempo y la vida que viene intensa,
guerreando con su mediodía.
Editorial: Siníndice
Fotografías: Internet y álbum personal