Danzaron los dormidos en sendas de sueños, calzando zapatos sin suela y amores dormidos. Danzaron los dormidos con llagas del alma y lágrimas en los bolsillos. Danzaron los dormidos como muertos en la noche, sin vida, sin emociones. Danzaron bellas melodías. Solo las habíamos soñado. 24/I/14 Óleo: Bernedo Facebook: Julio Rodríguez Bernedo
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