Te busco
calle por calle
mirando en otros ojos,
buscando en otras bocas,
respirando tu ausencia.
Te he buscado
y estoy condenada a vagar
por todas nuestras calles,
a buscar sin encontrarte.
2 de mayo 2015
Fotografía: wikipedia
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1
Facebook: Rita
Poemario: Se avecinan noches de tormenta
He soñado inviernos
en la cara oculta
del verano.
He pegado tus besos
junto al amanecer
de mis sueños.
He imaginado
soledades ocultas
en el revés de la luna.
Solo tú entiendes
lo que yo siento.
27 abril 2015
Fotografía: wikipedia
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Twitter: @c_grant1
Facebook: Rita
Poemario: Se avecinan noches de tormenta
Cuando entré al instituto, no sabía que iba a tener que
abandonarlo tiempo después. Entré a trabajar sin tener conciencia clara de hasta qué punto
aquel dinero era importante en casa.
Cuando un día mi padre empezó a insultarnos a mi madre y a
mí, no sabía que aquello iba a ser el principio del fin de su
matrimonio..., y de nuestro hogar familiar. Nos aguantamos, y yo
empecé a salir con un chico que trabajaba en un bar cerca de mi
trabajo sin adivinar que yo misma viviría años después una
historia similar a la de mi madre.
Cuando mi hermano pequeño, mi madre y yo tuvimos que
abandonar nuestra casa de toda la vida, no supe ver que aquel nuevo
piso no reunía condiciones para vivir con dignidad; pero aguantamos
una vez más. Comencé a trabajar en una fábrica; pero desconocía
mis derechos y no supe, hasta años después, que aquel sueldo era
una miseria.
Cuando más tarde me casé, no sabía que aquel chico se iría
a convertir en ese hombre que me abandonó y al que dejé de querer
años después. Tuvimos una hija, a la que intenté educar lo mejor
que pude, y conseguí traerme a madre a casa. Ahora él vive en otra
ciudad, mi hija vive en otro país, muy lejos de aquí, y mi madre
vive en otro mundo. Su cabeza también se mudó, aunque el resto de
su ser sigue a mi lado.
Cuando me despidieron de aquella fábrica, no supe cuánto iba
a tener que luchar después para conseguir una mísera pensión.
Luego, me enteré de que los primeros años no habían cotizado por
mí; y en los últimos, estos primeros de la crisis, sufrimos la
angustia del cierre y del despido de casi toda plantilla, tras meses
de opresión y de huelgas frustradas. A mi edad solo me tocó
aguantar una vez más.
Cuando repaso mi vida recuerdo todos estos momentos amargos;
pero también otros muchos felices, sobre todo, me acuerdo de aquel
profesor que el primer año de instituto me regaló un libro, este
libro que tengo aquí a mi lado y todavía conservo. Lo he leído
muchas veces, y he leído otros muchos desde entonces. Mis libros, mi
refugio.
Cuando entré, hace unos meses, en el centro de educación de
personas adultas de mi barrio, no sabía nada de Biología, de
Geografía, de Historia... No sabía ni dividir, ni siquiera
recordaba qué eran el sujeto y el predicado. Pero sí recordaba los
libros. No sabía qué era la Filosofía, ni la Mitología ni la
Semántica..., pero recordaba los cuentos que aquel profesor nos leía
en clase.
Ahora mismo sé, mejor que nunca, que no sé nada; pero que mi
vida sigue teniendo sentido, más que nunca, y no tengo por qué seguir
aguantando, sino luchando..., y soñando.
Relato: Luis Cuesta
Fotografía: wikipedia
Blog: Comunicación
en la ESPA
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Poemario: Se avecinan noches de tormenta