En esa estancia interminable, me gustaría acompañarte; aunque en la distancia difícil pero a sabiendas de que estoy ahí. Con un café sobre la mesa, una infusión... Te envío un beso enorme.
Para nosotras no existen las distancias y siempre estás conmigo. Nos tomaremos ese cafecito y lo disfrutaremos al máximo. Te mando un abrazo enorme lleno de todo mi amor y cariño.
Y yo, desde aquí, te mando ánimo, calor, luz de sol y alguna alondra. Te quiero, chiquilla.
ResponderEliminarQuerido/a anónimo seguramente yo también te quiero. Gracias por acercarte y dejar este bonito comentario.
EliminarBesos.
En esa estancia interminable, me gustaría acompañarte; aunque en la distancia difícil pero a sabiendas de que estoy ahí. Con un café sobre la mesa, una infusión... Te envío un beso enorme.
ResponderEliminarPara nosotras no existen las distancias y siempre estás conmigo. Nos tomaremos ese cafecito y lo disfrutaremos al máximo.
EliminarTe mando un abrazo enorme lleno de todo mi amor y cariño.
Qué bonito, qué delicadeza, extremadamente bello.
ResponderEliminarUn besote
Gracias mi querida amiga por acercarte siempre con tanto cariño.
EliminarUn abrazo enorme.
Sensible poema, pero no hay tiempo suspendido si encontramos el equilibrio en cada piso, porque el tiempo, al fin y al cabo, somos nosotros, cada uno.
ResponderEliminarEs lo más importante, encontrar el equilibrio pero a veces es terriblemente difícil.
EliminarGracias por acercarte, Fackel.
Un fuerte abrazo.
Bonita forma de describirlo. Besos
ResponderEliminarGracias, Hanna por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.