Eran de cera sus palacios”.
Jorge Molinero
Tuve que huir, alejarme,
dejarte el silencio desnudo
que se había hecho irrespirable
y retumbaba en nuestros huesos.
Las palabras,
las nuestras,
quedaron suspendidas
jugando a ser nosotros,
nosotros
cuando éramos una sola piel.
Entonces, la furia del silencio
nos sacudió
como una bestia salvaje
y se adentró
en el vacío de nuestros cuerpos.
La estancia se cubrió
de púrpuras y amarillos.
El silencio se rompió
en cientos de miles
de rayos de luz.
Poema para "Proyecto SILENCIO" del colectivo literario-artístico "El hombre que fue jueves". Exposición colectiva. Centro Fundación Cajarioja Bankia. Logroño (La Rioja). Cartel del proyecto: Valle Camacho. 2023.
Fotografías: Wolkan Ölmez y El hombre que fue jueves.
Extraordinario poema! Tiene algo de salvaje, algo casi sagrado de comunión con el otro. Me encantó! Un besazo.
ResponderEliminarGracias mi querida Luna por tus palabras. Es un proyecto precioso, me alegra que te guste.
EliminarUn abrazo enorme.
Un peoma magnífico, y qué bien que haya ese encuentro, me alegra muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un proyecto magnífico en el que llevo colaborando varios años. La exposición queda realmente preciosa, nos juntamos personas de todas las disciplinas artísticas. Un verdadero regalo.
EliminarGracias por tu bonito comentario, Albada.
Un abrazo enorme.
Un abrazo
Tal vez el silencio resulta en ocasiones grave y oneroso y necesita estallar...para después retornar a su propia esencia.
ResponderEliminarQué bonito lo has expresado, Fackel, yo también lo creo así.
EliminarGracias por acercarte.
Un abrazo enorme.
La furia del silencio nos vuelve locos!
ResponderEliminarOtras veces… el silencio llega suave y dulce y nos encanta!
Un abrazo enorme!
Cierto mi querido poeta, a veces el silencio con su furia nos vuelve locos y otras veces es completamente necesario.
EliminarGracias por acercarte con tus bonitas palabras.
Un abrazo enorme.