No consideraba
el no como una palabra al filo.
No estaba hecha
a la lluvia de su regazo,
ni a soñar sobre las noches sin luna.
Ni a su voz,
la que envuelve
cuando hace frío,
cuando ya no queda nada
y hay que volver a empezar,
la voz que es regazo y manta.
Tiniebla y amanecer.
Despertar al sueño o
al filo del sueño,
imposible de cualquier mañana.
De cualquier lugar.
4.11.19
Fotografía: álbum personal